¿Has utilizado alguna vez el hormigón de limpieza? El hormigón sigue siendo uno de los materiales de construcción por excelencia, se utiliza en casi todos los procesos de construcción y posiblemente se siga utilizando durante muchos años más. De modo que es necesario conocer sobre él si incursionaremos en la construcción o sus ramas.
Es de conocimiento popular que el hormigón se utiliza para construir paredes, suelos, cimientos, y para edificar todo tipo de estructuras ¿pero sabias que también hay hormigones de tipo no estructural? De eso vamos a hablarte justo ahora: el hormigón de limpieza es uno de ellos.
El hormigón de limpieza (según los apartados “recomendaciones de uso de hormigones reciclados” y “hormigones no estructurales” de la Instrucción EHE 08) se trata de un hormigón que no cumple una función estructural pero también es fundamental en ciertas ocasiones para muchos proyectos.
¿Cómo es posible que un hormigón de uso no estructural sea importante? Descubre con nosotros todo lo que el hormigón de limpieza puede hacer por tus proyectos de construcción.
El hormigón de limpieza tiene como finalidad principal la protección del hormigón estructural que se colocará encima del mismo. Esto lo logra evitando la desecación o la posible contaminación del otro hormigón durante su vertido y las siguientes horas de su asentamiento.
La tipificación común para este tipo de hormigón se clasifica en dos muestras que son las siguientes: HL-100/C/TM y HL-150/C/TM (donde las siglas TM significan “Tamaño de árido Máximo, y la C se refiere a la Consistencia).
Esto significa que la dosificación mínima requerida de cemento se estima por los 100 a 150 kg/m3. De modo que para que se haga más fácil trabajar con este tipo de hormigones, muchos expertos recomienda que se utilice un tamaño máximo de árido uno que este por debajo de los 30mm aproximadamente.
En muchas obras el uso del hormigón de limpieza se hacía de manera irregular, sin seguir un lineamiento específico que garantizara la seguridad de la obra o su integridad física a futuro. De modo que se optó por aplicar una normativa que regulara el uso de este tipo de hormigón no estructural.
Se trata de la normativa EHE 08, específicamente el apartado EH-91 que trata de este tipo de hormigón no estructural (en sus dos tipificaciones: el H-100 y el H150) ¿En qué cambia estar normativa el uso de hormigón de limpieza en cualquier obra? Pues en el criterio que se debe tomar en cuenta a la hora de utilizarse y aplicarse.
Muchas compañías hacían uso de estos hormigones basándose en la resistencia final que añadían al proyecto, cosa que hora no se debe hacer; sino que dicho criterio deberá ser sustituido por uno que en cambio considera con mucho más ahínco el contenido de cemento mínimo requerido para la dosificación del hormigón.
De modo que toda compañía que utilice hormigón de limpieza debe garantizar el cumplimiento de dicha normativa, y prestar suma atención tanto a los niveles de dosificación mínimos requeridos y a los volúmenes suministrados en el proyecto en cuestión.
En pocas palabras: el hormigón de limpieza es aquel que evita la perdía de líquido durando el fraguado del hormigón estructural que va sobre el mismo, y también evita la contaminación del mismo durante dicho proceso.
A pesar de que el hormigón de limpieza no es un hormigón estructural (es decir, que sirva para utilizarse en la construcción de elementos estructurales importantes de la edificación), tiene otras aplicaciones que pueden ofrecer grandes ventajas a la hora de llevar a cabo un proyecto. Sus ventajas principales incluyen:
Ahora que entendemos que el hormigón de limpieza es un tipo de hormigón no estructural y que ofrece ventajas a cualquier proyecto, debemos definir ¿a qué proyectos es aplicable este tipo de hormigón?
Pues el hormigón de limpieza en su mayoría es utilizado debajo de zapatas y losas como una capa fina de hormigonado. Lo que se logra con esto es que el armado que se construya encima con hormigón estructural no descanse directamente sobre el suelo.
Por lo tanto, a pesar de que existen normativas para el uso del mismo, pueden obviarse los puntos relacionados a la resistencia del mismo, debido a que su finalidad no es estructural.
Haciendo una analogía podemos ilustrar al hormigón de limpieza como la galleta de una tarta, la cual tiene como función principal evitar que el delicioso relleno quede en contacto directo con el recipiente.
Muchas personas tienden a llamar a este tipo de hormigón de otra manera: Hormigón base. Sin embargo, su función es meramente de soporte. En promedio se puede decir que la mayoría de obras en las que se utiliza, se vierte unos 5 cm o 10 cm del mismo, extendido por toda la zanja, de modo que encima se apoyen la ferralla, enconfrados, etc.
A pesar de que el hormigón de limpieza sea una gran opción para ofrecer mayor soporte a las estructuras y evitar el desecamiento y la contaminación del hormigón estructural, es necesario aplicarlo bien (como todo), de otra forma puedes encontrarte con problemas típicos como la “piscina central”.
En muchos casos, los niveles de los bordes de la zanja al terminar el vertido del hormigón de limpieza no quedan parejos con los niveles centrales, cosa que genera una piscina en el centro; algunos para comprobar esto aplican una pequeña regada a la obra y pueden verificarlo al notar como el agua se acumula en el centro.
Sin embargo, los sueños en la mayoría de los casos son desnivelados e irregulares, cosa que trae como consecuencia (por muchos cálculos que se hagan) una aplicación de hormigón dispareja. En una sección puede tener unos 12 cm y en otra unos 8 cm. Lo que se debe intentar es mantenerlo lo más parejo y liso posible.
Sin importar lo que decidas, si quieres utilizar 5 cm, 10 cm o 12 cm de hormigón de limpieza, lo que importa es que este te proporcionará una estructura de base mucho más limpia y resistente (que soporte el peso del armado) para que los demás elementos puedan calzar con facilidad: separados del suelo y con un recubrimiento extra.
El hormigón de limpieza se puede aplicar en cualquier proyecto, puesto que todos cuentan con elementos que van a estar en contacto con el suelo o sobre el terreno, sobre todo es recomendable en superficies de naturaleza irregular:
Los materiales que se utilizan en la mayoría de los casos para la fabricación del hormigón de limpieza (en este caso de tipo reciclado), incluyen los siguientes:
En diversos proyectos de construcción tendremos que hacer uso de los diferentes tipos de hormigón que se han creado a lo largo de la historia, en base a lo que busquemos conseguir con nuestro trabajo. Así como se necesita concreto para edificar, también se necesita para soportar, y el hormigón de limpieza es una opción muy buena.
Se debe elegir este tipo de hormigón porque en toda obra de construcción se debe comenzar por una de las primeras fases, que corresponde a la creación totalmente necesaria de una estructura de soporte y apoyo. Que servirá tanto para los enconfrados como para las zapatas de la cimentación y otras cosas.
El hormigón de limpieza ofrece el mejor acabado para estas estructuras y facilita (por no decir que mejora) el proceso de construcción desde el primer momento.