El hormigón es un material de construcción que está compuesto por agua, cemento, arena y grava. Se trata de un tipo de concreto muy económico y de fácil manejo. Actualmente es uno de los materiales indispensables en cualquier construcción.
Existe una relación muy directa entre la densidad del hormigón y sus componentes. Para la elaboración del hormigón se utiliza arena, rocas, grava o gravilla, como componente árido, pero se pueden utilizar algunos otros para modificar ciertas características, como la textura, la forma y su resistencia.
La densidad del hormigón es esencialmente el peso del material por una unidad de volumen. En este sentido, se puede conseguir un mismo volumen pero con una diferencia considerable de peso lo cual va a depender de la densidad del material.
Las diferencias de densidad del hormigón van a depender de diferentes aspectos como la proporción del componente árido y cemento presente en la mezcla y del tamaño de la pieza, por otro lado, también habrá que considerar los volúmenes de agua y la cantidad de aire que quede en la mezcla.
En la composición del hormigón están presente básicamente componentes áridos, agua y cemento y en algunos casos se colocan algún otro aditivo que puedan modificar sus propiedades para fines específicos, como la textura, el color o resistencia.
La incorporación de otros aditivos debe hacerse una vez que se ha comprobado que es efectiva y que no va a dañar las propiedades básicas de la mezcla. Generalmente estos aditivos ya han sido probados a través de ensayos para comprobar su comportamiento.
Entre los aditivos que se utilizan se encuentran materiales inorgánicos que puedan mejorar las propiedades del hormigón, generalmente son cenizas volantes o humo de sílice.
La popularidad del hormigón se debe en gran parte a que puede ser usado prácticamente en cualquier estructura. Además es un material muy rentable y cómodo para trabajar.
El constructor sólo tendrá que considerar el tipo de construcción y sus características para elegir el hormigón que más se adapte a las necesidades de la obra.
Entre las ventajas que podemos mencionar en el uso del hormigón tenemos:
El uso de este material es infinito, de acuerdo a la necesidad se deberá decidir el tipo y la densidad del hormigón a utilizar. Algunos de los usos y aplicaciones según el tipo de hormigón tenemos:
Existe evidencia concreta de que las construcciones en la Antigua Grecia y en el Imperio Romano fueron hechas con un tipo de hormigón. Esto lo que nos dice que las estructuras elaboradas con hormigón son resistentes a las inclemencias del clima y el paso del tiempo. Así lo demuestran obras como el Coliseo Romano y los Castillos medievales.
Entre las propiedades más resaltantes del hormigón es su impermeabilidad, lo que le brinda más resistencias a los rigores del clima, al frio y calor extremo, inundaciones y huracanes. Por otro lado, su capacidad aislante lo protege de los ruidos que provienen del exterior.
El hormigón es reciclable lo que lo convierte un material sustentable. El hormigón es muy utilizado actualmente para decorar espacios de tipo industrial como loft, además se pueden crear un sinfín de artículos como materos, estantes, zapateras entre otros.
Las propiedades del hormigón le han dado la gran popularidad que tiene actualmente, por lo que podemos encontrarlo prácticamente en cualquier parte. Existe incluso un tipo de hormigón luminiscente que hacen que este brille y otro translucido que modifica su color cuando sufre cambios de temperatura.